COMO LA VIDA MISMA

25 noviembre 2021
Hoy quiero homenajear a este elemento de piedra; el monolito, hito o mojón. Este componente de la naturaleza, que maniobrado por el humano sirve de referencia a los que transitaran ese sendero.
Esta mañana me levante con la idea de dar un pequeño paseo con dos de mis perros por la sierra, saldría desde casa hasta el “Castellet” de Gayanes. Pero una vez allí, los perros querían continuar y subimos hasta el Corral Blanc, donde regresaríamos de nuevo hasta casa porque allí termina el camino, o eso pensaba yo… cuando vi como una pequeña, casi imperceptible senda se abría entre los matorrales y decidí asomar mi hocico…cual fue mi sorpresa cuando vi un hito que me invitaba a transitarla. Yo no puedo resistirme a las invitaciones de la naturaleza, así que me dejé guiar por esas abuelitas piedras que simbolizan la perdurabilidad y guían a los caminantes por los caminos menos transitados.
 
Los mojones a veces no son muy llamativos y dudas de si es simplemente una casual acumulación de dos piedras. Y otras veces, son verdaderas obras de arte monumentales. En cualquier caso, señales del camino que puedes ver y seguir sin perderte, si estas atento/a,… como la vida misma…
 
A veces, estas junto a un hito y aunque vislumbras el siguiente y sabes que rumbo seguir, ves algo interesante en otra dirección y decides salirte del camino. En este nuevo andar que te invita a perderte, puedes incluso tropezar y caerte, pero continuas obcecado hacia tu propósito, hasta que llega un punto en el que el camino se hace intransitable, incluso peligroso, y decides regresar sobre tus pasos hasta el ultimo hito que dejaste atrás,… como la vida misma….
 
Y en otras ocasiones te distraes y sin querer te desvías un poco del camino, no estas lejos, pero no puedes verlo…entonces levantas la mirada, intentas ver más allá y encuentras algo que te lo muestra, en mi caso; mis dos perros, grandes maestros…como la vida misma…
 
Otras veces, las piedras aparecen colocadas como cierres de camino que te indican que, por ahí, mejor no…como la vida misma…
 
Durante el camino, vemos la misma montaña desde diferentes lugares, con diferente perspectiva, por lo tanto, viendo otra visión o versión distinta de la misma manifestación, como la vida misma…
 
El camino no se acaba es infinito, el caminante siempre está caminando y siempre está aprendiendo,… como la vida misma.
 
La naturaleza nos habla a través de las piedras, de los animales, de las plantas, solo hay que estar atenta/o, ver, escuchar, sentir, quizás ponerse en modo instintivo natural del animal humano que somos y sincronizarnos con la naturaleza, ¿cómo? activando nuestros sentidos; respirando la vegetación, en esta ocasión había abundancia de mi trio de flores medicinales preferidas; la afilada aulaga, el dulce brezo y el fresco romero, medicina que no puedo evitar degustar en mis caminatas. También puedes afinar la audición como si tus orejas fueran dos antenas…Experimenta; abre nuevos caminos, transítalos de forma diferente, más consciente y atiende a las señales o hitos del camino y de la vida.
 
Llegué a la cima de esa montaña hoy, al reino de los cielos, por un camino y de una forma diferente a la prevista,… como la vida misma.
 
Beatriz Alonso. Terapeuta Animal y Guía de montaña