MI PROPIO TESTIMONIO

Las personas que comunicamos con animales, hacemos bien si tenemos cerca aliados, otras colegas comunicadoras que nos ayuden o apoyen en momentos delicados…como es en mi caso y hacia las cuales siento una gratitud enorme. Nos apoyan en circunstancias en las que nosotros no podemos comunicar con animales y las familias que lo necesitan, porque estamos convalecientes. O para corroborar información que hemos recibido en una comunicación, o enriquecerla con sus valiosas aportaciones. O incluso para comunicar con animales propios, ya que comunicar con los animales que conviven con nosotros no siempre es fácil, porque nuestras emociones interfieren o porque al conocer al animal, podemos presuponer…
Cuando falleció mi gata Mina, dos de mis colaboradoras mas cercanas, comunicaron con ella, las dos me aportaron información diferente y muy valiosa. Yo estaba afectada por su fallecimiento y mis emociones me impedían comunicar con ella, pero sabia, pude ver en su mirada, que ella quería decirme algo importante antes de irse, algo que no quería que yo dejara pasar.
          A Beatriz le dijo que mirase en una parte de mi cuerpo en concreto porque había algo oscuro ahí, yo no tenía síntomas ni molestias, pero aun así los resultados de las pruebas que me hice no fueron positivos y efectivamente, pude detectar a tiempo una afección importante de la que me estoy encargando…
          A Noemi le transmitió este mensaje, que no he querido guardarme solo para mí, porque es demasiado valioso como para no compartirlo:
“Todo está bien como está, la vida está bien como está. Los ciclos del otoño se ven en el rio y en las hojas de los árboles, pero no son los únicos ciclos de la vida. La vida es un continuo fluir y cada ciclo es un cambio de estado y cada cambio de estado es un ciclo, y así el eterno fluir. El movimiento del aire que viene llena los pulmones y se va, nada es eterno y sin embargo todo es constante. Los ciclos son espejos que necesitamos vivir para vernos y ser. Para que un ciclo comience, otro tiene que acabar. Para que una vida comience, otra tiene que terminar. Y la vida no es otra cosa que ese continuo movimiento de seres, experiencias y esperanzas. No tengas miedo, que la esperanza se hace reflejo en la vida y encuentra su espejo de realidad. Ahí reside todo, la esperanza no vuela, reside y se materializa. Tu sabes hermana, nada es eterno, todo es constante.”
Gracias Beatriz. Gracias Noemi. Gracias Mina. Gracias hermanas.
Beatriz Alonso. Terapeuta y Comunicadora Animal