Ultimos momentos, muerte y duelo.

4 febrero 2022

En ocasiones me preguntan que es lo que hago durante un acompañamiento en los últimos momentos de un animal, su muerte. Como comunicadora mi labor principal es saber que necesita y que quiere el animal; con la comunicación podemos preguntarle, por ejemplo, si quiere ser eutanasiado, porque ellos tienen la capacidad de decidir eso y que quieren o necesitan en cada momento. Por experiencia sé que todo duelo implica un sentimiento de culpa “y si hubiera hecho esto, o aquello… y si…” Pero si hemos hecho lo que el animal nos pedía…no hay espacio posible para la culpa y el posterior duelo es más suave.

Los animales, en ocasiones, en los procesos de muerte o enfermedad, esconden su grado de gravedad para no preocupar a sus cuidadores, para no hacerlos sentir mal. Si tu estas mal, se lo transmites y el estará más afectado con tu estado. Muchas veces, es el animal es el que sostiene al humano. Así que, aunque mi labor principal en este proceso es preguntar al animal que es lo que quiere para respetarlo en sus decisiones, hay otra parte que, a veces tengo que recordar, porque sin darnos cuenta, estamos más pendiente de lo que va a suponer la perdida de ese animal en nuestra vida, que de aprovechar esos últimos momentos, para compartir, acompañar, sostener, aprender,… Y por miedo …..nos perdemos en una experiencia más de apego “no te vayas, ¿qué voy a hacer sin ti?”, que una experiencia de amor “te dejo ir en paz y te sostengo en tus últimos momentos». El que se muere es el, el que te necesita en ese momento es el, tu dolor es importante, tu tristeza es importante, pero el protagonista es el y nosotros estamos a su servicio para darle una buena muerte, una muerte sana.

Saber lo que necesita y conocer el proceso, armoniza nuestra concepción de lo que estamos viviendo y lo hacemos con mayor calma, lo que impacta de manera positiva en nuestro animal. Sabemos nacer y sabemos morir, pero por un tema de religión y cultura tenemos miedo a la muerte y los animales son grandes maestros en esto, porque ellos viven la muerte sin temor, con naturalidad, saben que la muerte forma parte de la vida, y que todo lo que nace, muere. Por lo que vivir este proceso consciente a su lado es todo un aprendizaje.

¿Qué ayuda?

-Rodearte de personas que te puedan entender, la muerte es incomprendida, y más si es de un animal. Si compartes tu dolor, el duelo será más llevadero. Aunque haya personas que estén esperando a que vuelvas a la normalidad y no respeta tu proceso natural, tu si tienes que respetártelo.

-Recordar, muere su cuerpo, pero no su ser, el alma no muere nunca.

-Realizar un ritual de acompañamiento que incluya lo siguiente o similar: “Gracias por tu compañía todo este tiempo, te pido disculpas si en algún momento …, te doy la libertad para que te vayas…te quiero.”

-Dirige el dolor. Puedes convertirlo en un proceso creativo, el dolor te puede ayudar a conectar con estados profundos y crear una canción, un dibujo, una historia….y dejen esa otra huella a través de ti, sacando lo que tienes dentro.

-No le evites a tu hijo la muerte del peludo, le estas impidiendo un aprendizaje.

-Serenidad y confianza en el proceso para un buen acompañamiento. Conecta con un aroma, una música y otros elementos que te ayuden a equilibrarte…así además de la tristeza que es natural que esté presente, te agradecerá estar otorgando esta oportunidad de acompañarlo desde el corazón.

 

Beatriz Alonso Blanco. Comunicadora y Terapeuta Animal